Del mismo modo en que tenemos que realizar una revisión de nuestro vehículo cada cierto tiempo para verificar que todo funciona correctamente y que no tendremos ningún problema ni causaremos problemas a terceros, los edificios también acusan un desgaste con el paso del tiempo y por eso, es muy importante realizar las inspecciones oportunas para valorar las mejoras necesarias y si sigue cumpliendo con todos los requisitos de seguridad.
En Arteana te explicamos en qué consiste y por qué es importante la Inspección Técnica de Edificios.
ITE: qué es
La Inspección Técnica de Edificios es, por lo tanto, un control técnico que se tienen que realizar en edificios con una cierta antigüedad para valorar la seguridad y la habitabilidad del inmueble. En el caso de la Comunidad de Madrid, los edificios que tengan más de 30 años han de pasar por esta inspección.
Esta Inspección Técnica de Edificios tiene como objetivo encontrar, evitar y solventar todas las posibles deficiencias que se hayan podido ir dando por el paso del tiempo en un edificio y que pueda ocasionar daños tanto a los habitantes del inmueble, como a los viandantes. Por eso, cuando el técnico realice la inspección deberá tener en cuenta aspectos tales como:
- La estructura y la cimentación del edificio, determinando que no presente vicios ocultos que comprometan la estabilidad del inmueble.
- El interior y el exterior de la fachada para evitar desprendimientos o filtraciones.
- Elementos de accesibilidad.
- Cualquier objeto que pueda desprenderse como elementos ornamentales, cornisas, etc.
- Medianeras, cubiertas y azoteas.
- Instalaciones de fontanería, saneamiento y electricidad.
- La eficiencia energética del edificio.
Para llevar a cabo la Inspección Técnica de Edificios, hay que acudir a una empresa especializada que nos enviará un técnico cualificado (arquitecto o aparejador), que realizará una inspección visual de todos estos elementos comunes del inmueble. En un principio, y a no ser que el técnico lo considere oportuno, no tendrá que acceder a las viviendas particulares.
Si el técnico determina tras la inspección que el edificio sigue en buen estado la ITE será aprobada y el propio técnico tramitará la documentación necesaria para que conste en los organismos pertinentes. Si la ITE es desfavorable, dependiendo del tipo de deficiencia (leve, importante, grave o muy grave) habrá que realizar las reformas u obras pertinentes para solventar las deficiencias del edificio, que una vez realizadas habrá que volver a pasar la ITE.
El plazo para volver a pasar la ITE es cada 10 años. Y los precios para realizar la Inspección Técnica de Edificios no están estipulados por ley, ya que dependen de las ordenanzas municipales, aunque hay algunos municipios que facilitan unas tablas de precios recomendados, por lo tanto dependerá de la empresa contratada.
ITE: Por qué es importante
La responsabilidad de pasar la Inspección Técnica de Edificios es de la comunidad de propietarios o del dueño del inmueble.
Además de que es fundamental llevar a cabo está inspección para poder tener la tranquilidad de que el inmueble reúne las condiciones de seguridad y habitabilidad tanto para los inquilinos como para los viandantes, existen unos plazos estipulados para presentar la Inspección Técnica de Edificios, que en el caso de no cumplirse conllevan sanciones. Estas sanciones, aunque dependen de cada ayuntamiento, pueden llegar a los 6.000€.
En el caso de que algún vecino de la comunidad no quiera realizar las reformas establecidas por el técnico después de realizar la inspección y se rebasen los plazos, eso también dará lugar a nuevas multas y no obstante, esta inspección se terminará llevando a cabo mediante requerimiento de un mandamiento judicial, cuyo coste tendrán que ser asumidos por todos los propietarios, tanto si quieren como si no, realizar las reformas.
Por otro lado, dentro de la documentación necesaria para vender un inmueble habrá que entregar el certificado de la ITE si el edificio tiene más de 30 años, y en caso de no aportar esta documentación, se podría llegar incluso a la paralización del proceso de venta del inmueble.